domingo, 26 de mayo de 2013

"Un amigo no es mas que otro yo"

"Nuestras vidas son los ríos que van a parar a la mar que es el morir" dice y no en vano los famosos versos de Jorge Manrique, pues no hay nada mas cierto que nuestro inevitable y fatídico destino.Nacemos para morir, nacemos realmente solos al igual que ocurre cuando abandonamos este mundo. Pero ¿estamos solos en el periodo al que llamamos vida?

A lo largo de nuestra vida tenemos millones de relaciones con nuestros semejantes, desde las mas simples que pasan por preguntar la hora a un completo extraño hasta la mas compleja como puede ser el caso de una relación amorosa o una gran amistad.¡Estamos rodeados  de personas, vivimos en compañía!¡Tenemos permanentemente un séquito de gente que hará desaparecer el sentimiento de soledad!,¿o quizá esta es una visión muy ingenua de la realidad?¿y si de repente se nos ocurre preguntar con que motivo actúa ese séquito?, es decir ¿porque nos acompaña?

Si observamos las relaciones mas simples descubriremos prestos que lo que mueve a los humanos en este tipo de relaciones es el interés, realmente la persona en cuestión no importa pues solo es un medio para alcanzar un fin.Pero que diablos importa esto,¿son solo desconocidos no? Ahora bien examinemos el segundo tipo de relaciones, aparentemente estas son relaciones desinteresadas ¿Pero actuamos alguna vez en vano?,jamas lo hacemos, siempre actuamos en aras de conseguir un fin que por otra parte esta relacionado con nuestro propio beneficio. Por tanto cuando se entabla una amistad se hace como un fin (usando a la otra parte como medio) para tener por ejemplo alguien a quien contarle los problemas, y ante este hecho se abre otra disyuntiva,¿se debe confiar en alguien que nos usa como un medio,como un simple vehículo para buscar su propia felicidad sin preocuparse demasiado por la tuya?, no se debe pues a pesar de lo que pueda parecer solo somos el medio para la felicidad de los otros y los otros el medio para la nuestra propia, y esto por triste que parezca es la cruda realidad, pues a todos nos ha pasado eso de dar nuestra confianza y recibir una vil traición.

De hecho parece que solo se puede confiar plenamente en aquellos que nos han dado la vida o nos han criado, y tampoco en todas las ocasiones, ya que esas relaciones también se pueden degradar. En conclusión llegamos a este mundo solos, caminamos por el durante un tiempo creyendo que no estamos solos y abandonamos sus costas con la única compañía de nuestra soledad.


Amicus est tamquam alter idem


PIROS

3 comentarios:

  1. Una buena reflexión , pero quiero pensar que en el camino de la vida siempre tendrás esas personas que están a tu lado en lo bueno y en la malo sin ningún interés que no sea que seas feliz

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    1. Ojala algun dia tenga la suerte te encontrar una persona asi, soñar es gratis ¿no?

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  2. Conozco demasiadas personas que no se ajustan a esa realidad, discrepo totalmente.

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