lunes, 24 de octubre de 2011

Mi hada interior.

Hoy, ceños fruncidos, risas ajenas. Tras burla y burla me planteé si no era yo la que no entendía a los demás y no ellos al reírse. Mi primer pensamiento fue que se reían de mi pero lo negaban rotundamente, ¿decían la verdad? ¿Será que simplemente no confió en nadie? Extraño, pues muchas veces me recetaron dolencia por confiar demasiado. Hubo mucho dolor en acciones de ayuda.
Hoy hablé con mi hada interior, aquella que me conoce o cree conocerme, mi propia alma. Me dijo que ella no sabe más que mi forma de actuar y mis sentimientos, que ella no conoce realmente a los demás. Mis sentimientos, pequeñas gotas de un grifo mal cerrado que salen en busca de un camino que seguir. Nunca me mantuve estable en cuanto a sentimientos y nunca supe que pensar de nada. Indecisión. Eso soy yo, indecisión pura y dura. “¿Que deseas?”, “No lo se”; “¿Ir aquí o allí?”, “Tal vez ...¿aquí?” Siempre todo tan difícil. Cuantos enemigos me gane por no saber que hacer, cuantos problemas me cause y cuanta gente me olvido. Una vez más pregunté a mi hada.
  • ¿Qué soy yo?
  • Una persona con ganas de seguir adelante ante todo, con ganas de ayudar, de confiar en los demás, de sentirse querida, de pertenecer a algún lugar, …
  • ¿Eso es bueno? ¿Dónde está lo malo?
  • Hay gente que ha pasado por cosas muy malas y otras por cosas muy buenas, pero como seres humanos todos somos iguales y como iguales no hay mejores ni peores. Y siendo así ¿que más dan los pequeños defectos?.


¿Qué más dan los pequeños defectos?”
Vivir, solamente vivir.

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